Más de 55 enfermedades se han vinculado al gluten, proteína presente en el trigo, el centeno y la cebada.

El 99 % de las personas que tienen intolerancia al gluten no se diagnostican.

La intolerancia al gluten no celíaco es la incapacidad o dificultad para digerir el gluten. Cuando se ingiere alimentos que poseen esta proteína se provoca un daño a nivel de las paredes del intestino delgado, provocando diarrea, dolor abdominal, además de dificultar la absorción de nutrientes.

La intolerancia al gluten es permanente y por esto, es necesario retirar por completo el gluten de la alimentación, de esta forma los síntomas desaparecen.

Presta atención a los siguientes síntomas:

1. Problemas digestivos, como gases, hinchazón, diarrea e incluso estreñimiento.

2. Queratosis pilaris. Se trata de pequeñas protuberancias rojas, ásperas al tacto, muy similar al papel de lija. En algunas ocasiones, esta afección suele confundirse erróneamente con el acné y con la rosácea.

3. Fatiga, confusión mental o sentirse cansado después de ingerir alimentos que contienen gluten.

4. El diagnóstico de enfermedades autoinmune como tiroides, artritis, colitis ulcerosa, lupus, psoriasis, esclerósis multiplé.

5. Síntomas de enfermedades neurológicas como mareos o sensación de perder el equilibrio.

6. Migrañas.

7. Diagnóstico de fibromialgia o fatiga crónica. Estos pueden ser un indicio para su médico cuando no puede identificar la causa de los mismos.

8. Desequilibrios hormonales. Ovarios poliquísticos, síndrome premenstrual.

9. Inflamación, hinchazón o dolor en las articulaciones, rodillas, dedos,caderas y codos.

10. Cambios de humor repentino.